lunes, 28 de diciembre de 2009

Feliz Navidad


De parte de los Guilló-Jarque.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La leyenda del niño que siempre duerme

Cuenta la leyenda que existe un niño que se pasa el día durmiendo. Que sólo se despierta de vez en cuando, muy levemente, lo justo para tomar la teta. Dicen que como consecuencia tiene unos mofletes que parecen globos. Pero de los que tienen cesta y llevan gente. Y que no llora nada, que no sabe.
Aseguran que se llama Sergio.

Como todas las leyendas, tiene una parte de historia real. El niño existe, y es verdad que se pasa el día comiendo y durmiendo. Pero con una salvedad. Sólo cuando lo ve la gente. Cuando está en casa solo con sus papás, el niño demuestra que es capaz de berrear de manera muy respetable. Y dormir, a ratos. Normalmente teta un poco, se empieza a quejar, se pone nervioso y no sabe volverla a coger. Y cuando ya se ha cansado, está nervioso y no se sabe dormir y se queja aún más. Sobre todo al anochecer, cuando sus papis se echan a la cama.

Bueno, antes de que salte al rescate su mamá, lo reconozco... no es para tanto. La verdad es que es muy buenecico. Y lo de los problemas a la hora de coger la teta creemos que es por problemas de tripita. Pero llorar, sabe. Aunque es vago el tío. Empieza respirando fuerte, cada vez más deprisa. Como una locomotora de vapor arrancando. Luego se empieza a quejar. Va subiendo el tono. Y si aún no has llegado y lo has cogido entonces ya llora. Pero sólo si es estrictamente necesario.

Lo de la leyenda del niño que no llora creo que se repite en todas las familias. Cuando conoces a un niño que lo ves tranquilazo, dormilón y mofletudo, la típica observación "Qué niño más bueno" siempre suele ser contestada con un "No lo has visto en casa".

Y es que donde hay confianza...

jueves, 17 de diciembre de 2009

Llegó la nieve

Hoy ha amanecido nevando. Y como todos los días, tenía que llevar a Sandra a la guardería.

Yo estaba emocionado ¡la primera vez que va a ver la nieve!

A lo que salimos, nada más abrir la puerta le señalo "¡Mira, está nevando!". Pero claro, ella no sabe lo que señalo y se queda con el Papá Noel que cuelga precariamente de la casa de enfrente: "¡Papá!" (sí, todos los Papá Noel son simplemente Papá).

En fin, una vez andando hacia el coche me doy cuenta de que la nieve es muy chula cuando está todo nevado alrededor y puedes hacer bolas y eso... Pero cuando te está pegando la ventisca en la cara, y encima no ha cuajado aún, pues no mola. La pobre iba andando despacito y de lado para que no le entrase la nieve por la capucha.

"No gusta", ha declarado.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Educando a una minifriki

A Sandra le encantan mis friki-camisetas.

Con la de los marcianitos aprendemos los colores.


Y ya se ha aprendido el nombre de los del Equipo A. Siempre empieza por M.A. (no podía ser de otra manera) y no falla ni uno.


¡Qué ganas tengo de que crezca un poco para ponerle los Fraguel!

jueves, 19 de noviembre de 2009

El patio de mi casa...

...es particular!

Una sonrisa para la afición

Se le hacen hoyuelos...


jueves, 12 de noviembre de 2009

Celetes

De momento, no muchos.

La hemos notado un poco más mimosa los primeros días, y cuando Elena se ponía a darle la teta a Sergio, Sandra la ignoraba de manera patente y se venía conmigo. Pero parece que ya se le va pasando y lo tiene asumido. Cada vez que pasa cerca de Sergio lo mira y lo trata como un muñeco, nombrándole las partes del cuerpo. Cuando llega de la guardería le saluda y se despide cuando se va a dormir. Y hasta le da besitos.


Ahora bien, no hay manera de que le llame Sergio ni "tato". Es oficialmente el "bebé".

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Los entuertos

Estaba Elena tan feliz - que bien me he quedado, oye - y ayer le dio un torzón terrible. Le dolía la tripa como de gases (a esta chica todo le parecen gases) y consultando con su hermana le dijo que serían los llamados "entuertos". Digo yo que no tendrán nada que ver con los que desfazía Don Quijote, que no me veo yo al Ingenioso Hidalgo llevando un consultorio de matrona. El caso es que se supone que se le están recolocando las cosicas interiores (útero y cosas de esas) y con el primer hijo no se nota nada pero con los siguientes es cada vez peor. Mirando por internet se supone que son como contracciones y que dan durante las primeras 24 a 48 horas, pero esto fue al cabo de una semana y se pasó el día con un dolor continuo desesperada de la vida. Aún anda medio baldada.

Paciencia tenéis las mujeres de todas maneras. No basta con parir y ya, que os tiene que dar de todo. Con la de problemas que da esto de tener niños no se cómo no se ha extinguido la raza.

viernes, 30 de octubre de 2009

Halloween, el horror de los disfraces

Mañana es Halloween y en la guardería lo han celebrado hoy con todos los niños disfrazados. Ya conocéis nuestra experiencia con los disfraces, pero es que esta vez nos hemos superado.

Ayer (AYER!) nos acordamos de que ¡ahí va! tenemos que comprarle el disfraz a Sandra para hoy. Aprovechando que íbamos de compras al Alcampo estuvimos mirando, pero aparte de que quedaba poco (literalmente un colgador con un cartel "HALLOWEEN ÚLTIMOS ARTÍCULOS"), todo lo que había era para niños más mayores. Así que nada, decidimos hacer el disfraz nosotros mismos. Eh, he sido boy-scout, tengo experiencia en disfraces traperos hechos con cualquier cosa (err... os podeis ir imaginando). Lo malo es que ahora ya no le podremos echar la culpa a los disfraces baratos del chino.

Es Halloween, así que el objetivo es un disfraz de brujita. Empezamos por el gran amigo de los disfraces de última hora: ¡la bolsa de basura! Lamentablemente, en casa no teníamos bolsas de basura negras (las teníamos azules y blancas, que dónde se ha visto, las bolsas de basura son negras de toda la vida). Así que me voy al súper a comprar bolsas negras. Las únicas que hay negras (esto es un complot) son de comunidad, como para meter a cuatro Sandras dentro. Pero bueno, más vale que sobre que no que falte. Abrimos un agujero para la cabeza y después de varios diseños provisionales, nos decidimos por el tradicional "poncho" abriendo también los laterales. Cortamos la parte de abajo a picos, reforzamos las aberturas con celo para que no se rasguen y se lo intentamos probar a una niña que opina que ni muerta la van a ver por la calle con eso puesto. Decoramos la "túnica" con unas estrellas, lunas, etc. hechas de cartulina plateada.

Luego el gorro. Cucurucho de cartulina negra y un aro también de cartulina para hacer el ala del sombrero. Medir es de cobardes y usar compás ni te cuento, así que el cucurucho nos queda algo pequeño (y eso al segundo intento, que el primero era enano) y el ala es un círculo irregular. Lo pegamos todo junto con celo (imprescindible para las manualidades traperas) y como no está medido ni nada pues en unos sitios queda más metido y en otros más suelto con lo que el ala del sombrero hace eses. Está bien porque le da un aire "ajado" muy brujeril (o al menos eso me digo a mí mismo para consolarme).

El resultado:



A tener en cuenta:

  • La cara de felicidad de la última foto se consiguió después de pelearse con ella para obligarle a ponerse el disfraz y decirle unas doce veces "pero qué guapaaaa". Y ya el hecho de que lleve el sombrero puesto es pura velocidad a la hora de hacer la foto.
  • Los adornos son demasiado grandes, después de un rato andando estaban todos doblados.
  • Sólo llevaba adornos delante, con lo que la parte de delante del vestido pesaba más y al andar casi se lo pisaba.
  • El sombrero incluía un cordel pero no hubo manera de atárselo.
  • El biberón que lleva en la mano no forma parte del disfraz. Le habíamos comprado un caldero de plástico de los que llevan los niños para recoger caramelos pero al final no se lo hemos puesto para la guardería por si lo pierde.
  • Como sigamos así de traperos, la niña no va a querer saber nada de disfraces en su vida.

jueves, 29 de octubre de 2009

martes, 27 de octubre de 2009

El parto según la madre

Ahora os voy a dar mi versión porque no es lo mismo ver que sentir, y vale que sentí. Me desperté el sábado con dolor de tripa, como de tener gases. Fui al baño un par de veces y entonces parece que eso paró pero empecé a tener dolor de riñones. Pero un dolor bestial, y era cada 3-4 minutos. Mi idea original era ir a por churros, que los sábados tocan, pero no me veía con fuerzas porque además había leído que para aliviar las contracciones de riñones era bueno ponerse a cuatro patas y cada vez que me daba el dolor lo hacía, con lo cual no me veía por la calle montando el espectáculo.
No sabía que hacer, pero como veía que eso no paraba subí a despertar a Jorge. El pobre estaba todo dormidico, le dije que creía que estaba de parto pero que había sido todo muy repentino pero que me dolía mucho. Pensamos qué hacer, mi idea al pensar en el parto era esperar bastante en casa e ir al final, así dilataba mucho, no daba tiempo de epidural y estaba menos allí, pero claro, con Sandra empezaron las contracciones cada 20 min. y eran super soportables. Estas dolían mucho y encima eran muy seguidas, así que decidimos ir a ver qué nos decían. Mientas yo aguantaba por el salón, él preparó todo, vistó a Sandra y nos metimos en el coche. Yo me veía incapaz de aguantar en el coche sentada, así que plegó el asiento delantero y me metí detrás. Iba sentada pero cuando me daba la contracción me ponía a cuatro patas. Llegamos a casa de mi hermana, le dejamos a Sandra y subimos al hospital. Nos tocó enseguida, entramos y me hicieron desvestir. Mientras me quitaba la ropa me dio otra y a cuatro patas. Finalmente me subí a la mesa y me dijeron que estaba de 4 cm casi 5. Yo me quedé alucinando, porque pensaba que estaría de 1 ó 2, porque sólo había pasado 1 hora. Iban a mirarle el pulso a Sergio pero me dio otra y les dije que no aguantaba tumbada y me dejaron levantarme. Me tuve que volver a vestir, que casi no salgo y me llevaron a dilatación. Por el camino me iba parando cada vez que me daba una contracción y la que me acompañaba me reñía, pero yo pasando de todo. Llegué pidiendo la epidural pero primero tenía que ponerme el camisón. En el baño mientras me cambiaba otra vez a cuatro patas y casi no salgo. Gritando desde la puerta que la epidural. La matrona me dijo que primero tenía que ponerme una vía y monotorizar al bebé, que luego llamaría al anestesista. Me hizo tumbarme. Yo me veía incapaz de estar quieta pero si no lo hacía no vendría el anestesista, así que me tumbé. Me puso la guía, el monitor alrededor de la tripa y cuando vino la contracción yo retorciendome en la cama pero aguanté bien. Nos os creais que a cuatro patas no notaba nada, quizás es una forma de distraer el dolor, pero a mi no me funcionaba muy bien. En la cama aguantaba igual, y como la matrona no me dejaba levantarme pues estuve ahí unos 5 min. hasta que vino el anestesista. Me exploró la matrona y ya estaba de 7 cm., y mientras tenía la contracción llegaba a 9. Yo que la epidural, el hombre que negociaramos, la matrona que iba muy rápido y que aguantara, además que no me veía capaz de estarme quieta mientras te la ponen, y yo tampoco, así que al final el hombre se largó y yo me resigné. Tenía mucho miedo de cómo sería lo de empujar. Con Sandra me pusieron la epidural y no sentí nada. Le preguntaba si luego sería peor el dolor pero ella no sabía decirme, aunque decía que cuando empujas alivia. Se hicieron las 10 y cambió el turno y me tocó otra matrona, Encarna. Era más mayor que la anterior. Le pregunté si me podía levantar y me dijo que sí, que me arreglaba los tubos y me levanté. Me dijo que si me quería quejar o chillar que lo hiciera. Me gustó mucho. Yo estaba muy cansada pero me levanté para las contracciones por ayudar al niño a bajar. Después de un par noté como ganas de hacer caca, como una presión abajo. Encarna me dijo que era el niño que bajaba. Ahí lo pasé muy mal porque el dolor no se iba, antes entre una y otra tenía un par de minutos, pero ahí era un dolor continuo, no tan fuerte como antes pero sí seguido. Seguí notando cada vez más presión y luego empecé a notar que también tenía contracciones, así que se juntaban las dos cosas, pero yo empujaba y sentía algo de alivio. Me volvió a mirar y estaba de 9. Le dije que si nos íbamos a la sala de parto. Ella me dijo que vale (no la ví muy convencida, pero yo veía que no movíamos y notaba que el niño estaba fuera). Lo malo era que tenía que volver a subirme a la camilla. Otra vez me decidí porque sino subía no movíamos, yo diciendo que no iba a aguantar, ella diciendome que sí. Ahí fue un momento muy malo porque me puse un poco histérica, pero finalmente pasó. Me subí como pude y me llevaron. Me metieron en una sala y me hicieron subir a la cama de partos. Vi a Jorge en la puerta. Vi los estribos. Como me había dejado levantar probé a decirle: "y no puedo parir sin levantar las piernas?" y va y me dice que sí. Yo alucinaba (bueno, no tenía tiempo para eso, pero me sorprendió). Me dijo que podía parir sentada si quería. Y yo genial. Entró Jorge. Luego me contó que veía como caía el líquido de la bolsa a chorros (rompí aguas un poco antes de venir a la sala). Yo no notaba nada. Vino otra contracción y me puse a empujar. Encarna me dijo: "espera, que me tengo que poner los guantes" Yo aguanté pero costaba mucho, era más fácil empujar. Las contracciones volvían a dejarme un rato de descanso. En la siguiente empujé y salió la cabeza. Luego relax (era extraño después de tanto dolor esos momento de tranquilidad) La pobre estaba sentada delante mío, agachada sujetando la cabeza. Yo le pregunté si tenía que empujar o sólo en la contracción, y me dijo que en la contracción, así que esperamos. Llegó la siguiente y me pidió empujar. Ahí tuve que empujar mucho rato seguido y la presión era enorme, hasta que de repente noté que salía algo y un alivio inmediado. Una gozada. Y me pusieron a Sergio encima. Estaba todo asquerosete. Se puso a llorar el pobre. Encarna esperó a que el cordón dejara de latir y lo cortó mientras Jorge y yo mirábamos (bueno, realmente Jorge vio todo el parto, dice que era muy impresionante, yo la salida del niño no la vi) Luego se llevaron un poco a Sergio a lavarlo y hacerle las primeras pruebas y yo notaba como una irritación por abajo. Veo que está Encarna con el cordón que sale de mi, y entonces me acuerdo de que falta la placenta. Al cabo de un ratín noté un impulso de empujar, empujé y salió, muy fácil. Nos la enseñó: "esto es la placenta, aquí en esta bolsa estaba el niño" Era un amasijo de sangre, pero muy emocionante. Le pregunté si me había rasgado y después de limpiarme me dijo que un poco. Me pusieron una anestesia local y se puso a darme puntos. Yo ahí ya estaba cansada, ya no tenía dolor con lo cual me podía quejar a gusto y le dije: "ahora me voy a quejar, que me molesta y ya puedo", así que empecé. Es que quería que me dejaran ya levantame e irme con el niño, y no estar ahí aguantando mientras me hacía no se qué por abajo. Ya terminó y de devolvieron al enano. Me llevaron a otra sala durante 1 hora pero tuve a Sergio todo el rato conmigo. Al cabo de una hora a la habitación y ya subió Jorge.
En la sala de después del parto había una matrona allí y le preguntó a Encarna que qué tal la camilla nueva. Yo había leído que tenían una camilla para poder dar a luz sin tener que estar tumbada pero no había caído que era la que yo había usado. Aparentemente se parece a las otras. Le dijo que bien. Entonces yo me puse a preguntarle, le conté que después de leer la noticia de la camilla nueva había escrito al doctor encargado de los partos (doctor Tobajas) y le había preguntado si cualquiera podía usar esa camilla o había que pedirla por anticipado o preparar un plan de parto, pero no me había contestado. Encarna me dijo que le escribiera contandole la experiencia, a ver si los cambios iban más rápidos. Le pregunté que por qué me había metido en esa sala en concreto, y me dijo que porque estaba libre. No sé si pensó que quizás yo pediría no parir así o fue pura suerte, pero al final salió como yo quería. Con todos los dolores no caí en preguntar antes por la camilla, vamos, ni me acordé de que existía. Me dijo que era el segundo parto que se había hecho sentada, el resto se habían hecho con las piernas en los estribos. Le pregunté si cuando llevaban ahí a una parturienta le ofrecían la posibilidad de eligir la posición, y me dijo que no. Se veía que ella estaba a favor del cambio pero que las cosas aún iban a tardar, por eso me pidió que escribiera al doctor, que eso ayudaría. Y pienso hacerlo.

Así que al final salió el parto que yo quería (y mi amiga Mamen también) y la verdad es que es precioso. El sentir todo, el controlar, el que seas tú la que haga todo, tú con el niño y la matrona, sin médicos que te digan qué hacer, que se pongan a empujar encima tuyo, que te tengan tumbada sin notar nada. No tiene nada que ver. Aunque también hay mucho dolor, pero si consigues no perder los papeles se aguanta y también tienes momentos de descanso. También fue mucha suerte que fuera tan rápido, supongo que un primer parto no va así, pero creo que entonces el dolor no es tan fuerte desde el principio. No sé. Con Sandra entré también con 4 cm y los dolores que tenía eran puras molestias comparadas con estos.

Pero ya os digo que yo vine pidiendo la epidural, así que fue más fruto de la casualidad que de estar totalmente convencida.
Y no sé si por tener a Sergio ya conmigo desde el principio al poco de subir a la habitación ya pilló el pecho y lo sigue pillando muy bien, aunque me han salido grietas y tengo que volver a encontrar la postura, pero ya pasarán (espero)

Y bueno, eso es todo. Quería contarlo desde mi punto de vista porque para Jorge fue todo muy rápido pero no estuvo ahí ni sintió. Y me parece algo tan bonito que quería dejarlo por escrito en algún sitio.

Encuentros en la tercera fase

Sandra conoce a Sergio:



Después del primer encuentro se asomaba cada vez que pasaba al lado del capazo ("Bebé!"). La sorpresa se la llevó cuando lo vio tetando. Estaba ella jugando y de repente se vuelve y ve a Sergio enganchado a mamá... Lo mira, y se asoma corriendo al capazo... "no tá!".

Esta mañana al despertarse y bajar al salón se ha vuelto a asomar: "Bebé, no tá" - estaba en la cuna aún.

Parecidos razonables

Se nota que son hermanos... los mofletes vienen de familia.

domingo, 25 de octubre de 2009

De repente, Sergio

Sábado 24 de octubre de 2009, a las 7:00 horas.

Dormía yo tranquilamente (qué se va a hacer un sábado a esas horas) cuando noto que me agitan. Es Elena, que no sé que me dice de que lleva un rato levantada, que tiene la tripa rara y le duelen los riñones. Pedazo de dejavú (¿un fallo en Matrix, tal vez?). Esto me suena de algo. La última vez que me pasó ésto me empecé descojonando y luego resulta que nació Sandra. Pero esta vez no puede ser, que faltan casi 3 semanas para la fecha prevista.

- ¿Y no serán gases?
- Si, unos gases con patas, manitas y pañal van a ser (esta frase no es literal, pero capta el espíritu de la conversación).

Elena no se lo termina de creer tampoco y durante un rato la tengo medio convencida de que sí, que pueden ser gases, las lentejas del viernes, y va al baño y todo. Pero no, los apretones son sospechosamente rítmicos. Y duelen demasiado. Elena ha leído no sé dónde que si te pones a cuatro patas se alivian los dolores y la tengo haciendo el caballito en el salón. A mí ya me ha convencido y estoy haciendo viajes, escalera para arriba, escalera para abajo, cargando el coche con la canastilla, la niña, equipaje de la niña (que se quedará a dormir con su tía), el carrito y todo lo que se me ocurre.

Coche cargado, consigo que Elena se arrastre hasta el garaje y suba al coche. Insiste en mantener la postura, así que pliego el asiento delantero y se coloca detrás, de rodillas y apoyada hacia adelante.

En marcha, son como las ocho, vamos a casa de Mamen (la hermana de Elena), dejamos a la peque y nos vamos a maternidad. "Buenas, que estamos de parto, nos tememos." "Hala, sí, pasen, pasen, a la sala de espera". En la sala de espera, le vienen más contracciones, Elena pasa de todo y otra vez a cuatro patas. La llaman enseguida "Elena Jarque, sala 1". La pillan en plena contracción, y entre que se pasa, que se levanta, que llega a la puerta "¡¡Elena Jarque, sala 1!!" "Paciencia, que ya llegamos".

La reconocen, y oiga que sí, que va a ser parto ("no me diga"), 5 cm de dilatación. A la sala de dilatación y usted (a mí) a la sala de espera. Allá que me voy, ronda de llamadas a la familia. Me compro unos donuts y un café, que aún no había desayunado, y a esperar un ratico. Media hora y me llaman, hala, a la sala de dilatación, me pongo las calzas, la bata verde, pregunto por Elena y en esto la veo que la sacan en la camilla, resoplando y puesta de medio lado y se la llevan al paritorio... Resulta que ha entrado pidiendo la epidural a gritos y a lo que la han podido convencer de que se dejara reconocer estaba ya de 7 centímetros, ni epidural ni nada, que ya no hay tiempo.


En el paritorio la comadrona, que es muy maja, le deja utilizar una de las nuevas sillas que permiten dar a luz sentada en vez de panza arriba y con las piernas mirando a Cuenca. Así que cumplimos el viejo sueño del parto natural. A la pobre comadrona casi no le da tiempo de ponerse los guantes ("Esperaaaa, no empujes!") y ya ha salido una cabecica. Un par de empujones más y sale el resto ("Uaaaaaaahhhh, que alivio!!!"). Se lo ponen encima a Elena, le cortan el cordón y cuando se lo llevan a limpiar unos empujones más para que salga la placenta. Son las 10:34 de la mañana, y creo que no ha pasado ni hora y media desde que entramos en el hospital.


Empieza la clase práctica de anatomía (no apto para débiles de estómago). La comadrona se ha animado con esto del parto natural y empieza "Esto es el cordón.." mientras va echando echando la sangre del cordón a unos tubitos para analizar, como si estuviera ordeñando. "Y esto la placenta.." y nos enseña una masa sanguinolenta que parece un hígado metido en una bolsa "Aquí iba el niño y esta parte está pegada a la madre" y se pone a rebuscar en el amasijo para ver que está todo correcto. La verdad es que fue muy instructivo y con la emoción no me pareció tan asquerosete.


Le dan cuatro puntos a Elena que hasta ahora estaba muy dócil y hacía caso a todo lo que le decían, pero ya ha vuelto a su ser y empieza a quejarse "¿pero ha terminado ya de coser? ¿me van a dar al niño? ¿me puedo levantar? ¿pero cuántos puntos?..." y finalmente le dan al peque y se lo dejan pegadito todo el tiempo. A mí me vuelven a echar a la sala de espera y hago la ronda de llamadas definitiva, recibidas todas con dosis equivalentes de enhorabuena e incredulidad.


En resumen, que ironía, cuando nació Sandra llegó Elena toda guerrera pidiendo parto natural y nada: epidural, oxitocina y todo eso. Y esta vez, que llega pidiendo la epidural en vena, le sale un parto natural, con silla anatómica y todo. Ella está superfeliz y la verdad es que el postparto ha sido mucho mejor, se levanta de la cama y está como nueva.

Bueno, y después de la parrafada, lo que todos esperábais, la foto. Es la primera foto de su vida, hecha desde el móvil (iré añadiendo otras de mejor calidad cuando me traiga la cámara de vuelta del hospital):



martes, 20 de octubre de 2009

Cura sana

Sandra ha descubierto el poder curativo de los besitos. Cada vez que se hace pupa (por poca que sea) hay que darle un besito en la zona afectada. Y como más vale prevenir que curar, si se hace pupa en una mano, por ejemplo, hay que aplicarle besito también a la otra. La única parte que parece inmune es la cabeza. Le encanta darse "coscos" y una de sus actividades favoritas es chocar la cabeza con su papi. Como dos ciervos cabreados.

Lo malo es que quizá le haya cogido demasiada afición a los besitos terapeuticos. Esta mañana desayunando se ha dado un golpe en el codo y mamá le ha dado la ración de besito en el codo afectado, luego en el otro codo... y luego la ha pillado dándole con el codo a la trona otra vez para pedir más.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Su primera palabrota

Sandra tiene ya un vocabulario bastante amplio. Sabe decir hola y adiós, las partes del cuerpo, sus muñecos, coche, moto y muchas cosas más.
En general, si tu le dices cualquier cosa repite la última palabra. Es como un loro, pero en rubita. Y ahí está el peligro. Que repite lo que sea.

Esta mañana le estaba dando de desayunar un kiwi. Lo partimos en dos mitades y se lo damos con la cucharilla. El caso que estaba yo peleándome con el kiwi (la parte del centro puede salir dura y no se parte con la cucharilla así como así). Al final el kiwi ha cedido, se ha despachurrado y me he pringado las manos.
- Puto kiwi, coño!
- Oño!

Mi segundo error ha sido soltar una risita. Nunca os ríais cuando un niño dice una palabrota, que se emociona.
- Oñoooooooooo!

Al final, he tenido que poner mi cara de papá serio y responsable.
- Eso no se dice.
Y por increible que parezca, se ha callado.

lunes, 20 de julio de 2009

Fin de curso en la guardería

Esto es viejo, pero como siempre tenía el blog retrasado.

En junio la apuntamos a una guardería para que se fuese habituando. Al principio lloraba al dejarla pero luego ya entraba con toda naturalidad. Eso sí, por lo que nos han dicho, se pasaba el día agarrada a las monitoras, la timidilla.

Uno de los últimos días hacían una fiesta de fin de curso y había que disfrazarla. Con la planificación y previsión que nos caracteriza, compramos el disfraz el día anterior a última hora.
Varias conclusiones:
  1. Los disfraces que venden por ahí (léase, en los chinos) son de pesima calidad. Se deshilachan todos.
  2. Tengo muy poca gracia haciendo lazos. Tirando a ninguna. Seguro que si hago el lazo mal a idea, me sale mejor. Y tengo que recordar que los lazos se ponen a la espalda.
En fin, esto es lo que perpetramos. Debería estar penado. Como lo vean los servicios sociales, nos quitan la custodia.

Se supone que es un disfraz de Minnie.

No contentos con ello, Elena decidió que la capucha le iba a molestar. "Pues se la quitamos y le hacemos un churi".

Cualquier parecido con Minnie desaparece, y la convertimos en un payasete. (Al final la llevamos con la capucha e instrucciones de que se la quitaran si le molestaba).

En fin, cuando Sandra sea mayor y vea estas fotos nos odiará. Con razón.

domingo, 19 de julio de 2009

Primeras vacaciones en la playa

Acabamos de volver de pasar una semanica en la playa y la enana se lo ha pasado como eso, como una enana. Para muestra, un botón. Bueno, tres botones. O sea, una foto y dos videos.

En la playa, jugando con la arena y con cara de felicidad después de capuzarse el cubo lleno de agua.


En el mar, nadando con el flotador. Le encanta dar vueltas en el sitio y subir los pies por encima del agua para vérselos.


En la minidisco, moviendo el esqueleto. Bailar le encanta, pero lo de relacionarse con otros niños aún le cuesta.


Aparte de pasarlo bien, la peduga se nos ha asilvestrado.
Para empezar, se quiere ir de farra todo el día. Ha aprendido a decir "Al parque" (que para ella es cualquier sitio menos su casa) y nada más levantarse ya te señala la puerta y "a-pa-que". Ayer incluso la descubrimos intentando meter la llave en la cerradura de casa. Intentando escapar, sin duda.
Además, se ha vuelto una desobediente, que no hace caso a nada. Se pira a donde quiere y hay que perseguirla. Le dices "Ven!" y contesta "No!" y se tira a correr para otro lado.
Y también ha aprendido a hacer como que te va a dar algo y cuando vas a cogerlo lo quita y se descojona. Yo no sé si me la han estado pervirtiendo en la guardería. Con lo bien educadita que la tenía.

martes, 26 de mayo de 2009

Andando, andandito

Sandra por fin se ha soltado! Llevaba meses que era capaz de ponerse de pie y andaba agarrada de la mano. Pero se negaba a dar pasos sola. Lo habíamos intentado varias veces y daba dos o tres pasos tirándose en plancha para que la agarres. Mientras tanto, cuando quería ir a algún sitio, o iba gateando, o llamaba al papitaxi. Es decir, levantaba el dedito, echaba un grito y papi o mami tenían que ir a ponerle el dedo para que se agarrase.

Y al fin, el pasado jueves la tuve toda la tarde en sesión de entrenamiento intensivo. La ponía de pie, me ponía a cuatro pasos y la llamaba... luego cinco pasos y aumentando. Tuve suerte de pillarla de buenas, porque normalmente si la dejas de pie se echaba a llorar y empezaba a ahuecar el culo para sentarse.

El caso es que le pilló el gustillo y en cinco días ha pasado de gatear a esto:


Calidad bajísima, lo se, pero mi móvil no da para más.

lunes, 4 de mayo de 2009

A por la parejita

Estamos embarazados de nuevo!

No es que nos aburramos, ni que la peque nos de poco trabajo, que va. Pero nos ha entrado la afición, ya veis. Queríamos tener por lo menos dos, y seguidicos, así que había que ponerse las pilas.

Es decir: Elena quería dos y seguidos, pero ya, que se nos va a hacer mayor y no jugarán juntos, venga, ponte las pilas, a que esperas, apunta bien y más vale que te salga niña para que jueguen las dos juntas!

(bueeeno, vaaale, yo también quería dos y tengo mucha ilusión...)

Además notábamos que Sandra se nos aburría, le compramos una muñeca y no le hace ni caso... a ver cómo se las apaña para ignorar esto.. WUA HA HA HA HA!

jueves, 16 de abril de 2009

Varicelosa perdida

Es oficial, la pobre ha caído... su primo Marco pasó la varicela hace unos días y Sandra estuvo jugando con él en periodo de contagio. Hemos estado un par de semanas esperando en semi-cuarentena y cuando pensábamos que ya no la iba a pillar ha empezado a sacar granitos. Menos mal que sus papis ya la hemos pasado.


Direis "pobrecita, le ha tocado...". Bueno, no es del todo exacto. Su madre sabía perfectamente que Marco estaba con la varicela y le dio instrucciones precisas de achuchar a Sandra a ver si se lo pegaba. Dicen que es mejor pasarla de pequeños, pero esto es alevosía.

Ahora nadie la ajunta, la tenemos aislada. No puede ir a la piscina, una amiga con dos niños con los que se juntaban a jugar nos rehuye... En fin, de momento lo lleva bien y aunque ha estado un par de días petardilla, de momento no ha tenido fiebre ni nada. Ya veremos cómo evoluciona.

viernes, 27 de marzo de 2009

La maniobra el botellín

Coge un botellín de agua de los que tienen pitorro en la boquilla. Usa los dos dientecillos para abrir el capuchón, luego lo abre del todo con la mano, se pone a beber y luego lo cierra empujando con el dedito.

Esto lo tiene dominado desde hace un mes o así. De hecho, la del vídeo no es una de sus mejores actuaciones. Normalmente levanta más el botellín para beber y últimamente no hace falta sujetarselo cuando lo cierra.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Comunicación no verbal

Antes os hablaba de las palabras, pero además ha empezado también a hacer gestos. Yo creo que ha tardado un poco en esto, pero probablemente se deba a que, hasta ahora, con pegar unos cuantos chillidos en momentos clave tenía cubiertas sus necesidades de comunicación.

El caso es que ahora ya se despide abriendo y cerrando la mano, da besitos y se pasa el día señalando. Lo de señalar es toda una afición. A veces saca el dedo sin pensar, y luego se está un rato dándole vueltas señalándolo todo y nada en concreto hasta que descubre algo interesante.

Primeras palabras

Empieza a decir sus primeras palabrejas, o más o menos (en realidad empezó como hace un mes, pero estoy un poco vaguete con esto del blog). Su primera palabra de verdad fue AGUA. Me refiero a palabra de verdad porque la usa bien, para pedir agua. Antes de eso se pasaba el día PAPAPAPAPA y MAMAMAMAMA pero a nosotros ni mirarnos.

En esto de hablar tiene una técnica muy depurada basada en la síntesis y la economía de términos. Es decir, coge una palabra y se queda con la sílaba que más le gusta. Por ejemplo, de AGUA, se queda con el UA. Y una vez que domina una sílaba la reutiliza siempre que puede. Por ejemplo, el UA lo usa para agUA, gUAu-gUAu, cUA-cUA...

Un resumen de su vocabulario más utilizado:
  • UA, que puede querer decir agua, guau (perro), cua (pato)
  • KI, que significa Kiko o Kika (los perritos y, por extensión, cualquier peluche) y Miki (que tiene un muñeco de Mickey Mouse)
  • TA, galleta, pelota y no-está (jugando a taparse la cara)
  • PA, pan
A estas alturas ya empieza a intentar los polisílabos. Agua lo tiene ya dominado y de vez en cuando se le escapa un A-E-TA para decir galleta, por ejemplo. Si le dices una palabra intenta imitarla y se suele quedar con las vocales y sus sílabas preferidas si salen. Le hemos pillado algún hola, gracias, plátano,... Yo no tengo claro si realmente dice todo eso o es que suelta un gorgorito y nosotros nos imaginamos el resto, pero suenan muy bien.

martes, 10 de marzo de 2009

Un añico

¡Como pasa el tiempo! Hoy Sandra cumple un año y parece que fue ayer que estaba Elena con la tripita de un lado para otro.

Es curioso, porque aunque ha pasado todo muy rápido uno ya casi no se acuerda de cómo eran las cosas al principio (para eso están las fotos y el blog) y no se acuerda en absoluto de cómo eran antes de tener a la pequeñita entre nosotros. Uno se vuelve padre hasta las trancas y parece que la pitufilla haya estado ahí siempre. Pero si es más joven que cualquiera de mis ordenadores, por Dios.

Bueno, venga, todos juntos: Cumpleaaaaañoooos feeeeeliiiiiiz!

viernes, 6 de febrero de 2009

Aprendiendo por su cuenta

Esta niña siempre nos sorprende. Ahora está aprendiendo trucos nuevos que nosotros no le hemos enseñado. Es como tener un perrito que de repente empieza a hacerse el muerto y a traerte el periódico, así, porque le da la gana.

Primero, le estoy dando la papilla y la veo con las manos en los ojos (jo, esta tía tiene un sueño que se cae...). Pero de repente se las quitaba y me miraba con una sonrisilla. La jodía me estaba haciendo el cucú. Y claro, cuando lo pillé y empecé con el "¿donde está Sandraaaa?" la tía descojonada de la risa.

Y ayer llego a casa por la noche, especialmente tarde después de trabajar (bueno vale, me había ido de cervezas con los del curro, que hay que explicarlo todo...), y me recibe con su supersonrisa, la cojo y me abre la boca y me la planta en la mejilla... ¡¡¡¡ Un besito !!!! Casi me la como y sk$rb g*hf%pr#wd (uy, perdón que he llenado de baba el teclado...)

Yo lo flipo, de verdad, la de cosas que aprende... Eso sí, a su aire. Te pones a enseñarle algo a idea y no te hace ni puñetero caso.

jueves, 5 de febrero de 2009

Guateque en la cuna

Los martes y jueves me quedo con Sandra por las tardes. Por la mañana Elena la tiene en el trabajo, al mediodía le da de comer y a eso de las tres, la paso a buscar. Intercambiamos coches y me la traigo a casa. Normalmente llega dormida, la subo a la cuna y mientras se echa la siesta yo como y veo un rato la tele.

A veces, al subirla a su cuarto se despierta un poco, y cuando la echo se queda llorando un ratito pero se duerme enseguida. Y también a veces se medio despierta en mitad de la siesta se queja un poco y se vuelve a dormir. Intento no subir inmediatamente y que se vuelva a dormir solita (vamos, que paso de ella hasta que lleva llorando un par de minutos sin parar).

El otro día todo iba según lo previsto, excepto que al subirla a dormir se despertó más de lo normal y le costó dormirse un rato.
- Buaaaaa, buaaaa
(ahora se dormirá....)
- Buaaaaa, buaaaa
(parece que tarda....)
- Buaaaaa, buaaaa, buggghhrmmmmm zzzzzzz
(ya está!)

Al cabo de una media hora, volvió a empezar:
- Buaaaaa, buaaaa
(vaya, se ha despertado a ver si se vuelve a dormir....)
- Buaaaaa, buaaaa
(mmm.. le cuesta, aún tendré que subir)
- Buaaaaa, gu gu, ooohhh, oeee oeee
(¿¿¿???)

Al cabo de un rato, proceso que ya no está llorando, pero tampoco se ha callado si no que está dando sus grititos de camionero feliz. Subo y me la encuentro sentada en la cuna jugando con los peluches y una sonrisa de oreja a oreja.

Ya ha descubierto que se puede sentar en la cuna y ahora Elena por las mañanas se la encuentra así. Este finde habrá que ponerle el somier de la cuna más bajo porque ahora si se pone de pie puede hacer puenting sin cuerda.

viernes, 9 de enero de 2009

Este no es mi papi, que me lo han cambiado

El otro día, mientras Elena llevaba a Sandra a natación aproveché para cortarme el pelo. Mi objetivo cuando me corto el pelo es siempre minimizar el número de visitas a la peluquería, así que fue una rapada importante, en mi línea. Cuando acabaron de natación fuimos a casa de mi madre a darle la merienda, aunque la pobre venía dormidita. Al final la despertamos, me pongo a darle la fruta y Sandra venga a llorar. ¿Será que la hemos despertado antes de hora? Pero era raro porque yo notaba que antes de empezar a llorar me miraba la cabeza. Al final le digo a Elena que se lo dé ella, a ver si así, y como la seda. Eso sí, yo sentado detrás, fuera del campo visual, intentando esconderme, aunque de vez en cuando se volvía, me miraba y volvía a llorar.

Al rato ya se le pasó, pero supongo que eso de despertarse y que te esté alimentando un skinhead le impresionó. Eso, o tiene una sensibilidad estética muy desarrollada.

martes, 6 de enero de 2009

Paso a paso

Ya apuntaba maneras, pero ahora está claro. Lo de gatear es accesorio. Lo que mola es andar. Sólo gatea si es imprescindible, la mayor parte del tiempo está de pie, apoyada en el sofá o en la mesa de centro y se recorre el salón pasito a pasito. Del sillón al sofá, del sofá a la mesa, de la mesa vuelta al sofá, si te pilla sentado del sofá al papi, del papi a cualquier sitio que no llegaría sola. Y cuando se cansa, se sienta y a gatear un rato a por un juguete o a por la mami si se le ha ocurrido escaparse a la cocina.

Lo de sentarse lo he dicho así sin más, pero es toda una maniobra. Los acoplamientos en la estación espacial, una tontería en comparación. Primero se apoya con las dos manos donde esté. Luego consigue un tercer punto de apoyo amorrándose a la esquina con la boca. Cuando ya está bien sujeta, empieza a doblar las piernas. Muy despacio. Va bajando el culete poco a poco. Cuando ya no le da para más, suelta la boca y estira los brazos para bajar más aún. Y entonces se suelta y aterriza con el pañal. ¡Maniobra exitosa! Houston, volvemos a casa.

lunes, 5 de enero de 2009

Papilla? Yo?

En su línea de ser cada vez más independiente, ahora le da porque no quiere comer lo que le damos. Quiere comer lo que nosotros comemos. Y cogerlo ella.

Hoy hemos ido a un japonés a celebrar el cumpleaños de su primo Marco. Íbamos todo preparados, con su puré de verduras para dárselo mientras comíamos. Y qué más. Persiguiendole la boca con la cuchara y nada. Al final nos rendimos, y le damos un minirollito para que lo vaya chupando y se quede tranquila. ¿Chupar? ¿Quién dijo chupar? Ya tiene dos dientes, y les da buen uso. La tía se ha trapiñado el rollito entero a mordiscos. Luego le intentamos dar arroz otra vez con la cuchara. Qué ilusos. Acaba cogiendo los granitos de uno en uno, pero ella sola, con sus dos deditos. Luego una gamba en tempura, pero con esa no ha podido que se le hacía muy dura. Todo tiene su límite. Y claro, todo esto echandole tragos a su vaso de agua, porque acostumbrada a comer sin sal, pues la comida japonesa da mucha sed. Al final, el suelo ha acabado con más comida que su tripa, ella se ha cansado y ha empezado a dar mal y entonces la hemos enchufado a la teta y se ha quedado frita. Y frita se ha quedado toda la tarde. Luego al despertarse se ha comido la papilla de frutas que no la veía.

Diréis que nos tiene dominados. Qué va, es que somos padres liberales y la dejamos experimentar. De verdad, que es eso. Espero.