lunes, 30 de mayo de 2011

domingo, 29 de mayo de 2011

Alicia por sorpresa

Decidido, no volvemos a pisar un McDonald's.
Sábado por la mañana, vamos de compras, se nos hace tarde y nos quedamos a comer en el McDonald's ¿os suena?

En principio todo correcto, volvemos a casa y Elena se echa una siestecilla mientras yo preparo cosicas de picoteo para cenar, que hemos quedado con mi familia por la tarde.
En un momento dado, Elena me da a elegir: o ha roto aguas, o se le ha desprendido el tapón mucoso. Pensamos que es lo segundo y leemos por Internet que puede suceder una o dos semanas antes del parto, menos mal (sí, je, je, dos semanas....).

Elena está cagadilla porque empieza a notar cosas raras en la tripa (y esta vez está segura de que no es el BigMac). Mientras recibimos a mi familia en casa, Elena se pone, muy disimuladamente, a contar el tiempo entre las contracciones que está teniendo, muy leves de momento. Cuando ya ha pasado un rato y me pongo a sacar la cena, me dice que mejor nos vamos, que tres minutos son muy pocos minutos.

Y allí vamos, dudando de si entrar a maternidad directamente o hacer como con Sandra, que nos estuvimos paseando por el parque hasta que las contracciones se hicieron más fuertes. Nos decantamos por entrar, y mientras la exploran rompe aguas (ella dice que son muy brutas y se la han roto al explorarla). Así que nos suben a planta y mientras tanto las contracciones van en aumento. Yo hago lo que todo buen marido en estos casos: dejar que me estrujen la mano. Elena quiere que la exploren y le digan cuánto ha dilatado. Le dicen que se espere media hora, que la acaban de explorar. Elena, con inusitada calma, dice que espera diez contracciones y que luego la exploran sí o sí. A las cuarta, la ven arrastrarse agarrándose donde puede y le preguntan que qué tal. Pues mal. Pues bueno, vale, te exploramos. Anda! pues que sí que estás ya de parto!

Nos bajan a dilatación y a mí me mandan a la sala de espera. A lo que me llaman, a la media hora, es para decirme que la niña ya está fuera ¿comorrr?

Por lo que me cuenta Elena después, se pegó un buen rato pidiendo que la pasaran al paritorio que la notaba salir, y ni caso. Cuando al final la pasaron, a la matrona le dio el tiempo justo de coger a la niña que salía. Un poco más y la recoge del suelo.

Como ha salido pequeñita, le han dicho a Elena que se resfrian con facilidad y que la tenga pegadita para darle calor. Y Elena encantada, claro.

En otro orden de cosas, mis genes por fin han tenido algo que decir. Ha salido morena y peludita.