Ha llegado el calor y hay que ponerles ropa fresquita. Pantalones cortos (o sin pantalones, en casa), camisetas de tirantes,...
El problema es que no nos ha dado tiempo de comprarle ropa a Sergio, así que a heredar de su tata. Y su tata, con lo que era Elena de "rosa no, nada de rosa", a la hora de la verdad, ha ido rosita perdida.
Hasta ahora lo de vestirlo de rosa lo habíamos limitado a los pijamas y bodys, que no los ve nadie, pero el otro día salió a la calle con la camiseta de la foto.
Ahí, creándole crisis de identidad, al pobre.