martes, 26 de febrero de 2008

Conque sordo, eh?

No es que no la oiga, es que no se oye nada.

Este fin de semana nos juntamos con unos amigos y durante la conversación surgió el tema de que no oigo los latidos de Sandra. Mamen, una amiga que tiene un niño de 16 meses y acaba de "encargar" otro, le decía a Elena que su marido oía al bebé desde no sé cuándo y que si yo estoy sordo, etc, etc.

Total, que se ponen a intentar escuchar los latidos y... ¡oh sorpresa! no se oye nada. Y claro, situación embarazosa, mirada baja, orejas gachas, "pues igual no estabas sordo...". Sí, claro, ahora, después de toda la difamación..

Estoy convencido de que César, el marido, que es un crack (y encima estaba de despedida de soltero, con lo que se libró de dar explicaciones) cuando le pusieron a echar oreja hizo lo que debe hacer todo marido que se precie: decir lo que su esposa espera oír.

"Sí, que pasada, se oye! Y que fuerte! Este chico está supersanote!"

Quedas como Dios, y la parienta tan feliz...

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