Comentando noticias de actualidad, hace ya casi un mes que la peque no lleva pañal, salvo para dormir. Era el objetivo del verano, y ¡prueba conseguida!. Hubo momentos de tensión, que pensábamos que iba tener que ir a la universidad con braguero ortopédico. Y es que se pegó dos semanas haciéndoselo encima. Y parecía que le daba igual. Hay que hacer pipí, pues se hace, y si no hay pañal mala suerte. Tú me lo has quitado, tú verás lo que haces. Ya llevábamos así diez días y nos íbamos a Tranquera con los padres de Elena y justo antes de subir al coche, va la enana y dice que tiene que hacer pipí y se va solica al orinal, la ponemos y ahí va el chorrico. Todos emocionados, nos vamos para allá, se lo contamos a los abuelos... pero falso positivo. Una vez en Tranquera vuelta a las andadas. Iba marcando el territorio. Al final muy desanimados nos volvemos a casa, no hacemos más que entrar por la puerta y se va derecha al orinal otra vez. Se ve que añoraba su casa o qué se yo. Y esta vez no lo dejó, sigue en ello.
Ni que decir tiene, que hace pipí y lo que no es pipí también. Unos zurullos del quince, casi me daba menos asco en el pañal, que ahora hay que ir con el cacharro del orinal a limpiarlo.
Y como siempre... la prueba gráfica:
"Papá... que estoy ocupada..."
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