domingo, 19 de septiembre de 2010

Sergio el aventurero

En el parque de la Puebla hay un castillo con 3 escalones para subir, un rellanito, otro escalón, otro rellanito, otro escalón, aquí ya eliges si tirarte por un tobogán o subir otro escalón donde hay un timón y después del timón hay otro tobogán. Es muy chulo. Nosotros lo llamamos el tobogán azul, porque los toboganes son azules (mira que somos ingeniosos)

Bueno, pues con 10 meses un día se nos ocurrió ponerlo al pie de las escaleras a ver qué hacía, y sorprendentemente las subió. Al día siguiente va el tío y sube hasta el primer togobán, donde yo lo cogí y se tiró. Emocionado él y emocionada yo. Y ahora ya lo domina del todo. Se sube hasta el timón, parándose de vez en cuando a cotillear a los niños que le van pasando, llega al timón y se pega un buen rato dándole vueltas. A veces se acerca al segundo togobán y su padre o yo si podemos lo pillamos para bajarlo, a veces se nos escapa y vuelve al timón. Otras veces intenta volver pero está el escalón y como no sabe bajar, se queda ahí que parece que se va a tirar pero no lo hace y nos da tiempo de subir y cogerlo. Yo digo que tiene conocimiento y por eso no se tira. Jorge dice que es pura suerte.

Cuando ya se cansa de subir lo llevamos al tobogán del elefante (sí, lo habéis adivinado, tiene forma de elefante) y ahí el tío sube las escaleras y se tira cogiéndole las manitas, todo feliz, se baja y vuelve a las escalera para subir (ahí lo llevamos nosotros de las manitas andando)

Y de tobogán a tobogán, si ve una pelota deja todo y va detrás. No sé qué tienen los balones que les gustan tanto a los niños. Sandra no les hacía ni caso. Tiene una pelota pequeñita blanda que la muerde y se dedica a gatear con ella en la boca. Es graciocísimo.

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