Antes de dominar el asunto, era el único bebé capaz de gatear con sólo tres puntos de apoyo: los dos pies y la frente.
El tío se tumbaba boca abajo y empezaba a empujar con las piernas. Pero era incapaz de levantar el cebollón, con lo que acababa en posición de trípode sobre la cabeza. Si la superficie lo permitía (por ejemplo, en la alfombra, la cama), el tío seguía empujando mientras la cabeza iba deslizándose para adelante, hasta chocar con el objeto más cercano en su dirección de avance (normalmente, su mamá).
Después pasó a la técnica de reptar, empujando con las piernas y meneando los codos para avanzar. Alcanzaba unas velocidades que yo pensaba que lo iban a reclutar para las fuerzas especiales.
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