sábado, 15 de marzo de 2008

Lactancia y vagancia

Le puede el dormir. Ya en el hospital no cogía el pecho ni lo intentaba demasiado. La ponías en la teta y hacía "glup, glup, zzzz...." y ni estimularla, ni nada, la tía era un peso muerto.

Así que le pusieron a Elena un sacaleches para que fuese sacando leche (mira qué cosas) y se la dábamos con una jeringa (nada de biberón para que no se acostumbre a la tetina). A Elena no le salía mucho, pero iba aumentando la cantidad poco a poco. A Sandra le dábamos la leche (que no era ni leche, sino los calostros esos) y así sí, incluso a veces se amorraba a la jeringa y no había ni que empujar el émbolo, la tía se lo pimplaba sola. Luego a echar gasecitos y otra vez a dormir.

Cuando volvimos a casa nos compramos un sacaleches y seguimos con el mismo plan. Estábamos un poco preocupados porque no parecía tener ningún interés en abandonar la jeringa (tan pequeña, y ya con vicios) y empezar con la teta directamente, aunque siempre la poníamos primero al pecho, por si acaso. La verdad es que Elena tenía el pecho muy duro, que la pobre Sandra no podía sacar nada.

La cantidad de leche aumentaba, y ya nos empezaba a sobrar hasta que anoche, por fin, empezó a tomar directamente. Elena ya tiene el pecho más blandito y no cuesta tanto. Ahora lo que le pasa es que le sigue sobrando leche, y después de que Sandra se quede llenota aún le queda y se saca el resto con la maquinica, para que no se le cargue el pecho.

Aún así, sigue costando ponerla a mamar, porque prefiere quedarse durmiendo. Intentamos darle cada 3 horas pero se nos suele alargar, sobre todo de noche que nos llega a dormir más de 5 horas seguidas (no es que me vaya a quejar).

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