viernes, 19 de noviembre de 2010

A la one, a la two,...

A la aguantam.... ay no, espera...

A la three.

Sábado 6 de noviembre, nos vamos a comprar, se nos hace un poco tarde y nos quedamos a comer en el centro comercial. MacDonalds para todos (un espectáculo el enano trapiñándose los nuggets). Volvemos a casa y Elena destrozada, el BigMac le ha sentado como un tiro. No cena nada, con el BigMac en la garganta, y vomitando por la noche. Una penica, vamos.

Domingo, comemos en casa de mi madre. Elena casi no come (ni siquiera ensalada, y eso es sagrado). A la noche, sigue con la tripa mal, pero tiene hambre.

- ¿Qué me puedo comer, que me siente bien?
- No sé, ¿una sopa?
- ¡No, ya sé! ¡Berberechos en vinagre!

Berberechos. En vinagre. Para arreglar la tripa.

- ¿Tú estás segura de lo que haces?
- Que sí, que sí, es que se me han antojado

¡¡WARNING!! ¡¡WARNING!!

- Oye, no estarás...
- ¡Anda ya! Qué cosas tienes. Es una indigestión, que los síntomas no tienen nada que ver...

Por la noche llama mi madre, a ver cómo está Elena:
- Oye, no estará...
- Que no, que no, que será algún virus del estómago.

El martes me dice Elena que se sigue encontrando mal, que para una indigestión le parece mucho y que se ha comprado un test de embarazo. Y es que nosotros, a los virus del estómago, les acabamos cambiando el pañal.

Miércoles por la mañana, (día 10-11, que para Elena tiene algún significado especial, la cábala o yo que sé) hacemos el test: Dos rayas como dos soles (para los no iniciados, eso es que sí).

En fin, pues eso, que vamos a volver a ser padres. Familia numerosa, para más señas.

Y el nuevo ya tiene para contar su primera anécdota, que de pequeñito le confundieron con un BigMac.

Por cierto, Sandra, sintiéndolo mucho te viene otro.

1 comentario:

Javier Aranda dijo...

Me alegro. Aprovechad vosotros que podéis.
Vais que tener que ponerle a Sandra la estrella de "ayudante del Sheriff" para vigilar a los hermanos pequeños.