A Sandra le encantan los cuentos y ahora le ha dado por el de la Bella Durmiente.
Lo que le mola realmente es escenificarlo, así que cuando subimos a su cuarto justo antes del baño, se disfraza de bruja mala poniéndose una papelera en la cabeza, coge una sábana toda arrebullada como capa y viene con cara amenazadora y el dedo por delante:
- ¡Cuando seas mayor, te pincharás con una rueda (sic) y te morirás!
Como el baño es responsabilidad mía, el papel de Bello Durmiente me toca a mí. Así que nada, me pincho con la rueca-rueda y me caigo al suelo dormido. Entonces Sandra cambia el papel y se convierte en la Princesa Azul al rescate y viene a despertarme con un besito.
Los tiempos cambian, las princesas toman las riendas.
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