martes, 8 de febrero de 2011

Sus primeras marcas de guerra

Ayer vino Sergio marcado de la guarde. Un moratón en la frente.

Y pensareis, algún abusón, dos veces más grande que él, que le habrá dado un golpe con algo. Pero no. Eso sería asumible. Es algo por lo que pasamos todos los chicos, antes o después. El abusón que te da un capón o los famosos "calmantes". Entra dentro de los gajes de ser un chico.

Pero no es el caso. Lo que traía el niño era un mordisco. En la cabeza. Y diréis "a qué clase de bestia abusón de niño se le ocurre pegar un mordisco en la cabeza?". Pues muy fácil, a ninguno. Ha sido una niña. Y es que en clase de Sergio son sólo 2 niños. Todo lo demás son niñas. Y alguna es un poco burra.

Morder entre hombres está mal visto, es deshonroso. Un puñetazo, sí. Incluso una bofetada es aceptable. Pero morder es de niñas. No por nada, es que morder es excesivo. Es fácil hacer sangre y eso no es honorable. No pasa nada por unos cuantos moratones, pero entre hombres sólo se llega a la sangre cuando la cosa es seria. Un duelo a espada, como mínimo. Las niñas, que son más perversas, no tienen ese tipo de miramientos.

Y encima al pobre le caen todas a la cabeza. El mordisco esta ahí compartiendo sitio con una cuquera que se hizo contra un carro de supermercado, varios arañazos previos de la guarde y algún moratón más. Dí que es normal, este enano es un cabezón. Y cuando va corriendo va casi siempre con el cebollón por delante.

En fin, tan pequeño y las mujeres ya le comen la cabeza.
Ahora ya lo sabes, hijo. Que son todas "mu" malas.

PD: Cuando me lo contaron me vino la imagen de cuando la entrenadora de Chicho Terremoto le pegaba la bronca literalmente "comiendole la cabeza".

Imagen original de masindac

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