domingo, 31 de octubre de 2010

Caminar, o el puenting-jota

Si quisiera, Segio podría ir ya andando a cualquier lado. Lo que pasa es que eso de andar lo ve todavía como un deporte de riesgo. Y es que hay que verlo. Lo dejas de pie, y el tío levanta las manos como si fuese a bailar una jota y empieza a andar todo emocionado "Je je je" y con cara de "subidón! subidón!", haciendo eses como un borrachín que parece que se va a caer de un momento a otro.

Y normalmente no se cae, se para perfectamente y se tira al suelo de manera controlada, dejándose caer de culo sobre el pañal-airbag. Y cuando realmente se cae, lo hace con gracia y tampoco se hace daño. Tiene la técnica depuradísima. Si habéis visto documentales de paracaidismo, parkour o cosas así, siempre dicen que cuando caes desde una altura lo mejor es rodar. Y como este niño es una bola, rodar se le da de miedo. Va andando y lo ves que se choca, por ejemplo, con una mesa. Y entonces, como a cámara lenta, sale rebotado, cae de culo, sigue cayendo hacia atrás, da una voltereta en el suelo y acaba a cuatro patas, tan contento, como si nada. Se apoya en la pata de la mesa, se levanta y a seguir...

Eso sí, para lo que es moverse de verdad, cuando quiere ir de un sitio al otro, sigue confiando en el gateo. Y es que habiendo cuatro puntos de apoyo, todo está mucho más estable. Dónde va a parar.

No hay comentarios: